En las últimas semanas parece que eso llamado "la guerra de las consolas" se ha recrudecido, nublando juicios por doquier y consiguiendo que hasta los jugones más vehementes suelten máximas que ya querrían para sí las mentes más embotadas de tiempos más oscuros. Sí, es cierto que quizás un sitio dedicado en exclusiva a Xbox quizás no sea el sitio más indicado para lanzar este discurso, pero también es cierto que accesoxbox se caracteriza por tener unos usuarios con más cabeza que los hooligans descerebrados de los que voy a hablar.
Partiré de una realidad: los extremismos son, por lo general, malos. Lo han sido a través de la historia de la humanidad en hechos mucho más relevantes de que sistema de videojuegos mola más, por lo que también se extiende a hechos más cotidianos y actuales. Supongo que no hará falta que cite ejemplos de extremismos nefastos para el ser humano a través de los tiempos, por lo que tampoco creo que haga falta hacerlo en el asunto videojueguil... Pero por si acaso alguien se pierde, voy a atreverme con algunos.
Ejemplo 1: "Rise of the Tomb Raider ha vendido una mierda". Estas afirmaciones se lanzan tras hacerse pública la noticia de que la última entrega de las aventuras de Lara Croft ha vendido en Reino Unido 56.000 unidades en su primer día. A primera vista pueden parecer unas cifras no demasiado elevadas, pero lo cierto es que no lo son tanto a tenor de los siguientes hechos: Tomb Raider vendió en 2013 186.000 unidades en su día de debut. Las comparaciones suelen ser odiosas, y en este caso además es injusta. En el título original se trataban de dos versiones distintas: PS3 y 360, para consolas mucho más implantadas que Xbox One (y 360 ya no tiene la relevancia de hace dos años). Por otra parte tampoco se tiene en cuenta la evolución del mercado, ya que una buena parte de las ventas de Rise of the Tomb Raider han sido digitales (levantad la mano los que os lo habéis comprado online). Además, Rise of the Tomb Raider es una exclusiva temporal pensada para ganar cuota de mercado y renombre, no de las que buscan ser rentables... Para eso ya saldrá en PC y PS4, cuando toque.
Ejemplo 2: "Mi consola es mejor porque..." Seamos realistas, ninguna consola es mejor que un PC ahora mismo, aunque sean mucho más baratas y fáciles de mantener que cualquier ordenador. Xbox One es una consola brillante, aunque más limitada que otros sistemas, pero ojo, PS4 también lo es, como está demostrándose cada día con juegos que no llegan a 1080p y problemas en la tasa de imágenes por segundo. Suele funcionar mejor una que otra, sí, pero por momentos parece que las diferencias se acortan. Sin embargo, como buenos aficionados a los videojuegos que somos, lo mejor sería dejar de ser 'racistas de consolas' y disfrutar de esta forma de entretenimiento sin prejuicios. A día de hoy, cualquier jugón que se precie debe haber probado The Last of Us, Halo 5: Guardians, Bloodborne o Forza 6. Pero tampoco se puede olvidar de Mario Maker o muchas de las maravillas que pueblan Steam. Lo cierto es que no hay momento mejor para ser jugador que este, y cerrar los ojos a muchas de las maravillas que se publican por culpa de los 'colores' es un grave error.
Todo esto en un momento casi de ruptura, en el que las puyas entre usuarios son continuas y se califica a los medios de parciales por tener una opinión que no siga la línea más recta del extremismo plataformil. Yo mismo lo sufrí en mis carnes tras el Xbox Fan Fest, donde presenté un programa en directo de mi 'otra' casa, IGN. Aproveché el programa para no ser una voz complaciente y hacer notar a Microsoft que, aunque se están haciendo las cosas bien, no todo el monte el orégano. O lo que es lo mismo, que ni aún les falta camino por recorrer. Porque creo que una buena parte de la culpa de estos extremismos es la falta de autocrítica. Ni Xbox One es la única consola, ni todos sus juegos son obras maestras, ni las estrategias de Microsoft como compañía son intachables. Sí, todo pinta mejor que hace un año (y no digamos que hace dos), pero la situación dista bastante de ser perfecta... Aunque la firma de Seattle esté haciendo los deberes para salir del vagón trasero del tren (sobre todo en España, país tradicionalmente favorable a los sistemas de Sony).