Es muy curioso ver las reacciones de la gente en función del lado en el que están. Personalmente, siempre que me he decantado por una consola ha sido por sus juegos, siendo todo lo demás algo que queda en segundo plano. Y, a pesar de que en mi casa aposté desde hace unos años por la marca Xbox, lo cierto es que he pasado por muchas marcas y no tendría ningún problema en volver a tener una consola de Nintendo o una de Sony si me llaman la atención lo suficiente. Me inicié en el mundillo con el ya mítico pack de Super Nintendo con Street Fighter II y Super Mario World, a la que le siguieron una PSX y una Nintendo 64. Con los años, también tuve PS2, Dreamcast y algunas portátiles de Nintendo (como la DS). Tras el lanzamiento de Xbox aposté por la consola de Microsoft y la llegada de Xbox 360 reafirmó mi predilección actual por la marca Xbox. Pero el motivo principal de comprar una 360 no fue que en las comparativas de un determinado título se veía un poco mejor que en PS3 si ampliabas la imagen un 200x100: fue, como siempre, los juegos.
Pero me centraré en el tema que nos ocupa, que me estoy desviando. Con esa introducción he querido dejar claro que he sido de Nintendo, SEGA, Sony o Microsoft en varios momentos de mi vida, siendo la marca algo secundario en mis elecciones ya que siempre han estado basadas en los juegos. Así pues, cuando en la batalla 360-PS3 las comparativas de muchos juegos la consola de Sony era vencida por la de Microsoft por tener un mejor acabado técnico o un mejor rendimiento online –seamos francos, era la mayoría de las veces-, yo siempre decía que ambos juegos eran prácticamente iguales y que se podían disfrutar de ellos perfectamente en ambas consolas. Por aquel entonces, eran los usuarios de Xbox los que daban mucha importancia a que en el FIFA se viera mejor el césped o que un determinado título tuviera un menor número de dientes de sierra, mientras que los seguidores de PS3 le quitaban hierro al asunto.
Mi respuesta cuando me planteaban la duda de comprarse una u otra porque en Xbox 360 se solían ver mejor los juegos siempre era la misma: ¿qué consola tiene los juegos que más te gustan? Si te tiraba jugar a Halo, Alan Wake, Forza, Gears of War, Fable o Lost Odyssey debías decantarte por la consola de Microsoft, mientras que si no te querías quedar sin jugar a la saga Uncharted, God of War, Metal Gear Solid 4, The Last of Us o Heavy Rain y similares, debías aportar por la de Sony. Los multiplataforma eran disfrutables en ambas, independientemente que una tuviera una versión un 5% mejor técnicamente. ¿Realmente era un factor tan determinante que algunos juegos lucieran un poquito mejor en 360 que en PS3? Bajo mi punto de vista, no. Las diferencias no eran tan grandes como para decantar la compra de una u otra únicamente por eso. Por lo que se comentaba, era mucho más sencillo programar y aprovechar el hardware de Xbox 360 que de PS3 y de ahí las pequeñas diferencias. Por supuesto que PS3 era capaz de alcanzar gráficamente a la Xbox 360 e incluso superarla (como se han visto en algunos lanzamientos) pero al ser más complicado y tener que invertir más horas en sus desarrollos, muchos productos quedaban un pelín rezagados de una versión a otra.
Pero ahora, con la llegada de la nueva generación, es curioso lo que está sucediendo. Parece ser –y digo parece, porque todavía es muy pronto…- que es algo más complejo de obtener un juego a 1080p y 60 frames en Xbox One que en PS4. Se han cambiado las tornas. Igual que en el caso anterior, Xbox One es perfectamente capaz de reproducir juegos a 1080 y 60 frames por segundo (como demuestra Forza 5, por ejemplo) pero es posible que los kits de desarrollo ofrecidos por Microsoft -o la arquitectura de la nueva consola- sean más complejos que los de la consola de Sony y de ahí que en los inicios de generación algunas versiones de PS4 alcancen mayor resolución en determinados casos. Pero de nuevo, me llama la atención la reacción de algunas personas. Aquellos seguidores de Sony que en la anterior generación restaban importancia el tema, ahora son los primeros en escampar por todo internet que Xbox One no es capaz de mantener el nivel gráfico de PS4. ¿De verdad es tan determinante que un juego vaya a 900p o 1080p? Ojo, que nadie me malinterprete. También me gustan los juegos a 1080p, está claro, pero realmente yo acabaré contento o descontento con Xbox One por otros motivos. Si dentro de unos años, me ha ofrecido unos juegos que han valido la pena y un servicio, en general, que me deja satisfecho, es lo que más valoraré. Aunque Xbox 360 hubiese perdido por pequeños detalles en las comparativas de juegos de la anterior generación, me la hubiese comprado de todas formas, porque me gustaba más por diversos motivos (juegos, logros, bazar, Xbox Live…) que la consola de Sony. He tenido consolas Playstation toda mi vida y no me importará hacerme con una en el futuro, con lo que no me considero un fanático.
Lo que no me explico es la gente que se pelea porque su juego tiene 200 píxeles más o 5 frames por segundo menos. Ambas consolas (PS4 y Xbox One) van a dejar contento a sus usuarios, no tengo duda, y las cosas que realmente debéis valorar a la hora de decidir la compra es qué consola ofrece los juegos que más se adaptan a vuestros gustos y qué sistema dispone del mejor entorno, interfaz y aplicaciones para el uso que queréis darle. Después que una tenga el FIFA a 1080 y otra a 900 no era, ni es, ni será, un factor tan determinante en mi caso. Y no debería serlo para nadie.