Esta noche es Nochebuena, y mañana Navidad. Dame el mando, colega, que me voy a enviciar... O algo así rezaba el villancico navideño, ¿verdad? El caso es que ya es esa época que todos amamos y odiamos a partes iguales. Llegan los regalos, la paz y el amor, pero también los agobios y la cuesta de enero. Los scrooge (el protagonista del Cuento de Navidad) estarán rumiando su ranciedad por esta época del año, quizás refugiándose en su videojuego favorito. Los demás, posiblemente estén dedicando tiempo a comprar regalos, a echarse unos bailes con Kinect y Just Dance 2015 junto a sus familiares más queridos o a, simplemente, descansar.
Como se supone que la Navidad es un periodo de reflexión en el que regocijarse de lo vivido, creo que ha llegado el momento de darle a eso que llamamos cerebro y recapacitar un tanto sobre el mundo del videojuego. Por una parte están los pensamientos cercanos, la evaluación de lo que ha sido el último año en el mundo verde de Xbox. Quizás una reflex...
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